La exégesis plotiniana de Parménides 131 a-b: el problema de la participación.
Platón plantea en Parménides 131 a-b el problema de la participación de las cosas sensibles en las Ideas desde un punto de vista aporético. El argumento se desarrolla de la siguiente manera: si hay ciertas formas de las que participan las cosas sensibles, cabe preguntarse si cada cosa participa de la forma entera o de una parte. Si la forma entera está en cada una de las múltiples cosas manteniendo su unidad, entonces la forma estará simultáneamente en cosas múltiples y separadas. Luego estará separada de sí misma. Sócrates propone la imagen del día para evitar el problema y Parménides la sustituye por la imagen del velo, introduciendo un modo literal de entender el concepto “estar en”. Si una parte del velo está sobre una parte y otra sobre otra, entonces las formas son divisibles en partes con el consiguiente problema de afirmar que algo uno se ha vuelto divisible en partes manteniéndose uno.
Plotino presenta en En. VI 4.2.14-50 una exégesis de este pasaje que quiebra el marco en el que se presenta tradicionalmente la participación. No se trata de entender lo sensible como una entidad autónoma y de poner lo inteligible en relación con ella. En esta cartografía, donde la participación emerge como aporía, lo inteligible aparece siempre como supeditado ontológicamente a lo sensible; no siendo comprendido según principios propios.
La aporía que presenta la participación se debe, en gran medida, a la proyección sobre lo inteligible de parámetros que son propios de lo sensible. En En. VI 5.8.1-10 se afirma: “es razonable y aun necesario, creo yo, desechar la idea de que, estando las formas y la materia situadas por separado, haya llegado hasta la materia una irradiación emitida desde algún punto lejano de arriba. Mucho me temo que estas sean palabras vacías. Porque ¿qué puede querer decir <lejos> y <aparte> en este contexto”. Este texto hace alusión a las palabras de Aristóteles en su crítica a la teoría de las ideas en Met. 991 a 20 donde acusa de “palabras vacías y metáforas poéticas” las expresiones como “provenir de” con las que intenta darse cuenta de la participación.
Plotino hace suya la crítica aristotélica en este punto y comparte el carácter vacío y aporético de la participación entendida en este marco. De ahí que, como señala Tornau, proponga un cambio de perspectiva poniendo en cuestión la significación misma de las nociones que utilizamos para referirnos a lo inteligible. Es este cambio de perspectiva el que resolvería la aporía de la participación, haciéndola aparecer como una noción con sentido.
El pasaje que proponemos analizar, En. VI 4.2.14-50, presenta un ejemplo privilegiado de este modo de operar. Plotino toma como base el pasaje de Parménides 131 a-b para desplegar una exégesis donde se pone de manifiesto la inviabilidad de la aplicación de conceptos como “estar en”, “lejos” o “cerca” cuando se trata de lo inteligible. Estos conceptos pertenecen a la conformación propia de lo sensible y no pueden ser proyectados sobre lo inteligible de un modo literal; en este ámbito carecen de sentido.
Lo inteligible no está en lo sensible como en un lugar, no depende de lo sensible. La perspectiva que se abre es la inversa; lo sensible establece su dependencia respecto de lo inteligible en su ser mismo. Plotino pone en cuestión el sentido de la sustancialidad de lo sensible y su individualidad, su ser un “esto” al margen de lo inteligible. La participación de lo sensible en lo inteligible no se establece entre dos términos equiparables sino que viene a retrotraerse al corazón mismo de lo sensible en su conformación como imagen de lo inteligible.
Esta exégesis se sumerge en la complejidad del marco ontológico plotiniano alcanzando de lleno al sentido del dualismo entre el mundo sensible y el inteligible. Este dualismo, lejos de acentuarse, viene a llenarse de matices que acercan el mundo inteligible a lo sensible de un modo no local. El hecho de que el mundo inteligible no esté en un lugar modifica internamente el sentido de la participación y de la relación que lo sensible establece con lo inteligible. Si lo inteligible no está en un lugar esta relación no puede ser local: “Pero si ni <lejos> ni <cerca> existen realmente, forzoso es que esté presente todo entero, si es que está presente; y lo está enteramente a cada uno de aquellos de los que no está ni lejos ni cerca; pero si son capaces de recibirlo está presente”.
En nuestra comunicación atenderemos a la lectura que Plotino hace de este pasaje del Parménides y al modo en que replantea el sentido de la participación. Veremos cómo la noción de “estar en” viene a ser repensada en las coordenadas de la metafísica plotiniana, desembocando en un planteamiento con fuerte implicaciones epistemológicas.
Plotinus’ exegesis of Parmenides 131 a-b: the problem of participation.
In his Parmenides 131 a-b Plato poses the problem of the participation of sensible things in Ideas from an aporetic viewpoint. The argument is developed in the following way: if there are certain forms in which the sensible things participate, the question is whether each thing participates in the form as a whole or only in part of it. If the whole form is in each of the multiple things while still remaining one, then the form will be simultaneously in multiple and in separate things. Thus, it will be separate from itself. Socrates proposes the image of the day to avoid this problem and Parmenides counters this with the metaphor of the sail, introducing a literal way to understand the concept of “being in”. If one part of a sail covers one individual and the other part covers others, then the forms are divisible into parts, with the resulting problem of how to claim that one thing has become divisible into parts while still remaining one.
In his En. VI 4.2.14-50 Plotinus presents an exegesis of this passage which breaks down the framework of how this participation is traditionally presented. This is not a question of understanding the sensible as an independent entity and relating the intelligible to it. In this scheme, where participation emerges as aporia, the intelligible always appears as ontologically subject to the sensible, not as understood according to its own principles.
The aporia presented by participation is due to a great extent to attributing to the intelligible parameters which pertain to the sensible. En.VI 5.8.1-10 states: “I think that if also examine the participation of Matter in Forms, one might more easily come to accept our thesis and no longer reject it as impossible or raise difficulties about it. For I think it is both reasonable and necessary, inasmuch as the Form and Matter are not separate and apart from one another, that the illumination of Matter by the Forms does not descend upon matter from somewhere far above –if indeed this manner of speaking is not wholly devoid of sense” (trad. Emilsson and Strange).
This text alludes to the words of Aristotle in his critique of the theory of ideas in Met.991a 20 where he accuses expressions such as “comes from” of being “devoid phrases and poetical metaphors” with which we attempt to explain participation.
Plotinus assumes the Aristotelian critique on this point and shares the empty, aporetic nature of participation understood within this framework. Thus, as Tornau remarks, he proposes a change of viewpoint, questioning the very meaning itself of the notions we use to refer to the intelligible. It is this change of viewpoint which could resolve the aporia of participation, making it appear as a meaningful notion.
The passage we propose to analyse here, En.VI 4.2.14-50, provides an exceptional example of this modus operandi. Plotinus takes the passage in Parmenides 131 a-b as the basis for developing an exegesis which claims that it is impracticable to apply concepts such as “being in”, “far” or “near” to the intelligible. These concepts pertain to the sensible and cannot be projected onto the intelligible in a literal way; in this context they would be meaningless.
The intelligible is not in the sensible as if in a place; it does not depend on the sensible. The vista which opens up is the opposite; the sensible establishes its dependence with regard to the intelligible in its own being. Plotinus questions the meaning of the substantiality of the sensible and its individuality, its being a “this” apart from the intelligible. The participation of the sensible in the intelligible is not established between two comparable terms but rather goes back to the very heart of the sensible in its formation as image of the intelligible.
This exegesis is integrated into Plotinus’ complex ontological framework, fully achieving the meaning of the dualism between the sensible and the intelligible world. This dualism, far from being emphatic, is full of nuances which bring the intelligible world closer to the sensible but not in any place-based way. That the intelligible world is not in any specific place modifies intrinsically the meaning of participation and of the relationship which the sensible establishes with the intelligible. If the intelligible is not in any place this relationship cannot be local: “But since it is neither far from near to it, that necessarily in present as a whole, if it is present at all, and it is present to each of those things that are neither far from nor near to it, those that are able to receive it” (trad. Emilsson and Strange).
In this paper we discuss Plotinus’ reading of this passage of the Parmenides and how he reconsiders the meaning of participation. We will see how the notion of “being in” is reconsidered within Plotinus’ metaphysical coordinates, leading to an approach with strong epistemological implications.